Fauve ≠, grupo francés de moda en 2013

Fauve ≠

La semana que viene sale a la venta Vieux frères – Partie 1, el primer álbum de Fauve ≠ (no confundir con Fauve, nombre artístico del músico Nicolas Julliard, un cantante suizo que ha publicado dos álbumes desde 2006), un grupo -y también colectivo- surgido en Francia en el año 2010 y que cuenta con 5 miembros, de los cuales 4 son músicos y el quinto un vídeoartista que se encarga de la producción de la música y los vídeos de la banda. Fauve ≠ irrumpió con fuerza dentro de la nueva escena francesa (que ya tiene unos añitos) en 2013 con un EP titulado Blizzard, donde el pop indie, el hip hop y el spoken word se daban la mano en las cuerdas vocales de Quentin Postel, vocalista de Fauve ≠.

Poco se puede decir acerca de Fauve ≠, ya que ellos mismos así lo prefieren, al parecer. Los descubrí dando una vuelta por el mundo a través de Spotify y me cautivaron con su single Blizzard, con esa furia que desprende en cada nota y a la vez esa extraña tranquilidad instrumental, acompañada por esa voz femenina con la que la canción da inicio; el coctel funciona a la perfección.

Realmente la considero una canción motivacional, mañanera (que las llamo yo), de las que te ayuda a despertar de mejor humor, con más energía. Es la canción que más veces escuché a lo largo de 2013, de hecho. Blizzard no está incluida en el nuevo álbum de Fauve ≠, pues ya formó parte del EP mencionado en el primer párrafo, en el que además de ésta destaca la canción Nuits Fauves, que sigue la misma línea de la anterior, aunque un poco más reposada.

Los inicios de Fauve ≠ (y sus mejores canciones)

De este nuevo y primer LP de Fauve ≠ ya hemos podido conocer algunos extractos como De Ceux o Voyou (o Voyous, según la fuente), cuya base utilizada ha sido extraída de la composición Piano Trio In E-Flat, de Franz Schubert, que aparece en la película Barry Lyndon, de Stanley Kubrick. Poco más se puede añadir al respecto, hasta la semana que viene, salvo que los adelantos de su trabajo han creado unas expectativas relativamente altas, aunque este examen de la puesta de largo será más complicado de aprobar con nota, seguramente.

Por cierto, estoy poniendo los títulos de las canciones y de Fauve ≠ en minúsculas, pero en realidad ellos lo escriben todo en mayúsculas (o ≠ FAUVE, o FAUVEcorp), tal vez porque como gritan en muchas de las canciones, quieren dejar constancia de ello también por escrito, o tal vez de su fiereza. La verdad es que personalmente me atrae mucho su estilo, me resulta muy atractivo. Pero es que claro, uno siempre ha sido seguidor del fovismo, de las noches salvajes y del francés.

Fauve ≠ Vieux frères – Partie 2, el último disco

Fauve ≠ han vuelto. El colectivo francés, una de las grandes sorpresas venidas desde Francia en los últimos años, lanza hoy su segundo álbum, Vieux frères – Partie 2, la continuación de Vieux frères – Partie 1. No han conseguido tanta popularidad ni atención como en su país y en Bélgica, probablemente por el hándicap del idioma, que en este caso es uno de los puntos más importantes de cada tema, como se demostraba en su EP y su álbum de debut, en el que descargaban litros de rabia y frustración generacional dignas de atención también por el formato creado para exponerlo, sin embargo aquí están de nuevo.

Vieux frères – Partie 2 llega justo un año después de Fauve ≠ Vieux frères – Partie 1, un álbum incansable, que personalmente aún no he dejado de escuchar, gracias sobre todo a temas como Infirmière, Requin-tigre o Voyous, si bien, hasta ayer -y quizás por el impacto- seguía prefiriendo, en conjunto, su EP Blizzard, de temas tan impresionantes como el homónimo Blizzard, el incitador Haut Les Cœurs, el atmosférico Nuits fauves o el melódico Kané. Eché de menos -sobre todo porque Vieux frères – Partie 1 se vende en España- que no añadieran estas pistas al álbum siguiente, porque de esta manera habría sido el mejor álbum del año 2014 sin ningún género de dudas.

En el párrafo anterior me refería, en pasado, a mis preferencias dentro de la discografía de Fauve ≠, y esto es debido a que, con tan sólo una escucha, las tornas ya parecen haber cambiado, a pesar de necesitar, quizás, madurar aún las sensaciones. Con un sonido más eléctrico que no se pudo apreciar en los singles que han ido apareciendo a través de su página web oficial y Facebook -Les Hautes Lumières (el contrapunto de lo que significó Blizzard en su momento) y Bermudes (más cercana al hip hop que al spoken word)-, Vieux frères – Partie 2 suena más completo, con una parte intermedia, entre sus 11 temas, que contiene los mejores momentos del álbum y que va in crescendo en intensidad hasta la canción final, una declaración de amor y una de mis canciones favoritas del disco y también de lo que llevamos de año, que dejarán al oyente -palabra que no hace justicia a escuchar este álbum- extasiado y con ganas de volver a escucharlo.

No se ha producido un cambio sustancial entre su primer trabajo y este último, pero como división en dos partes, teóricamente, de un mismo trabajo, era lo más previsible y pocas quejas tenemos al respecto. En el mundo de la música, los últimos años no han dado grandes nombres que con uno o dos LPs fuesen capaces de generar tanta necesidad de una nueva escucha y de ser disfrutados en concierto como ha ocurrido con este colectivo. Una de las sopresas más agradables y de las propuestas más personales y diferentes pese a ser similares también a otras bandas. En cualquier caso, a disfrutar de lo que tenemos.

Mejores momentos:Los sonidos tropicales de Tallulah (de lo mejor del álbum), Sous Les Arcades (el tema más parecido a su primer trabajo, aunque con toques electrónicos), T.R.W. (la más incitadora) y Les Hautes Lumières

Oh oh oh! Qu’est-ce que tu fais? Arrête!