La nouvelle chanson française es un estilo musical originario, como era de esperar por el título, de Francia —si bien también es extrapolable a Bélgica, Canadá y otros países en algunos casos—, que a principios de la década de los 2000 vino a recuperar y reivindicar un sonido típico de su país en los años 30, 40, 50 y 60 principalmente.
Este sonido, si piensas que no lo conoces, puede que te suene hablándote de algunos de los nombres más destacados de la chanson original iba desde la inolvidable Édith Piaf al irreverente Serge Gainsbourg, pasando por otros grandes nombres de la música internacional como Georges Brassens, Charles Aznavour, Françoise Hardy, Charles Trenet, Gilbert Bécaud o belgas como Jacques Brel o Adamo (de origen italiano).
¿Qué periodo de tiempo abarca la nouvelle chanson francesa como estilo musical?
Los expertos en estilos musicales, subgéneros, géneros, o como quieran llamarlo, consideran que el comienzo de la nouvelle chanson tiene lugar en 1988 con el álbum Décalages, de Françoise Hardy, y con Daniel Darc & Bill Pritchard y el álbum Parce que. Es decir, una cantante que venía de haber triunfado en los 60 con una mezcla de chanson y pop moderno en los 60 volvía a poner de moda algo que parecía haber quedado muy atrás.
He incluido la canción más popular del álbum de Françoise Hardy en la playlist para que puedas ver la evolución desde 1988 hasta prácticamente hoy, pero sobre todo porque, en cierto modo, todo este revival también sirvió para revitalizar la carrera de viejos artistas que llevaban un tiempo sin ser lo que fueron (como Christophe, conocido mundialmente por Aline). Incluso de artistas venidos de otros géneros y de otros periodos, como Vanessa Paradis, quien, en los primeros días del Siglo XXI volvería reconvertida tras el éxito de Joe Le Taxi en 1987.
En cualquier caso, en el caso de Hardy, iniciadora y no seguidora, está clara la influencia de los sonidos de los 80 y la inminente llegada de los 90, con esos sintetizadores y esa presencia prácticamente absurda de una guitarra eléctrica para un solo que no pega gran cosa, pero ahí queda, como señal del fin de la new wave, por otro lado.
Además, si bien en los inicios del movimiento no se destaca la presencia de mujeres, desde finales de los 90 y sobre todo a partir de los 2000 empezaron a destacar decenas y decenas de cantantes femeninas que, en varios casos, (cómo olvidar a Carla Bruni) recordaban a los delicados inicios de Françoise Hardy y otras como ella, quizás con un punto más loco y yéyé, enlazando con la moda mod. Tal es el caso de La Grande Sophie y Rose, a quienes conocí por recomendación de una compañera francesa que pasó un curso de Erasmus en mi universidad.
Como no soy ni especialista ni experto, no puedo definir exactamente en qué momento empieza de verdad un movimiento musical más o menos homogéno con unas características concretas compartidas por la mayoría. Pero, si tuviera la oportunidad de decir algo o alguien me preguntara, diría que la nouvelle chanson francesa comienza con Un Disque Sourd y La Fossette, los dos primeros álbumes de Dominique A, publicados entre 1991 y 1992, y entre los cuales puedes escuchar la mítica Le Courage Des Oiseaux.
De ahí hasta la actualidad, han pasado muchas cosas que han influido al género o subgénero a lo largo de los años, con mención especial al primer álbum de Christine & The Queens, que recuperaba sonidos de otras épocas antes de adentrarse en otros sonidos más universales, internacionales y modernos, o a la aparición de Eddy de Pretto, cuyo estilo entroncaba con algo más urbano (coincidiendo también con Hoshi) y a veces hasta con el uso de autotune (Marie-Gold en Impatiente).
Elementos comunes de la chanson francesa clásica y la nouvelle chanson française
Aunque no hay un sonido específico que defina la chanson française clásica como tal, el oyente enseguida identifica este tipo música. De hecho, abarca una amplia variedad de estilos musicales, incluyendo baladas melódicas, canciones de cabaret (véase Vincent Delerm), música folclórica francesa, spoken word, rock (en ocasiones diferenciado como chanson alternative) y todo lo que puedas imaginar, en realidad.
El atributo más habitual en todos ellos es el del uso de una guitarra acústica acompañando un ritmo jazz. Sin embargo, a menudo el elemento más popular (que no es lo mismo que habitual), es el de incorporar el uso de acordeón (instrumento con el que destacan Thomas Fersen o Yann Tiersen) para dar ritmo a unas letras normalmente bastante ingeniosas y divertidas.
Como buen movimiento revival, existen multitud de similitudes y lugares comunes en ambos, incluyendo una serie de cantantes de la nouvelle chanson que podrían ser los equivalentes de los de la chanson de los 60. El más destacado, y quién sabe si el principal causante del éxito y del mayor seguimiento del nuevo estilo, es Benjamin Biolay, cuyo espejo sería el ya mencionado Serge Gainsbourg. Tanto por tono de voz, como por estilo al cantar y sobre todo por esa capacidad de componer tanto para él como para cantantes femeninas con voces más estimulantes o, al menos, más agradables para algunos oídos.
Descubre algunos de mis cantantes favoritos de la nouvelle chanson francesa y, sobre todo, las mejores canciones del estilo entre los años 1988 y 2020, elegidas personalmente para que las puedas descubrir y disfrutar a partes iguales. Tengas la edad que tengas, conozcas o no este estilo musical, estoy seguro de que esta es una buena oportunidad para querer un poco más a los franceses como ente (tan odiados o despreciados por su chovinismo y pedantería por muchos). En el fondo, la nueva chanson francesa fue y aún hoy es, algo así como el rock indie que triunfó sobre todo desde el año 2000 en adelante, pero en versión francesa.
Lo que significa, en resumen y sobre todo a partir de un momento dado, que a menudo se usa como una etiqueta para agrupar un montón de estilos diferentes pero con un espíritu común. Por ejemplo, ¿son Videoclub o el canadiense David Giguère parte de la nouvelle chanson francesa? Para mí sí, a pesar de ese toque electrónico o incluso precisamente a sonar un poco a revival de la new wave que coincidió a finales de los 80 con la entrada de este subgénero. Resumiendo, esos sonidos quizás los sitúen para muchos en otro ámbito musical, pero están en la lista. Al final yo los comparo con otros (véase Pomme, L.E.J. o Bon Entendeur) y no veo tanta diferencia.
Si estás verdaderamente interesado o interesada por la música francesa o por la música en francés actual, te recomiendo encarecidamente visitar el blog Filles Sourires. Aunque no tenga un diseño muy actualizado, la persona que lo lleva (firma como Guuzbourg) siempre tiene a bien dejar canciones nuevas que a mí me ayudaron mucho a ser más fan de la chanson o lo que sea que nos llegue desde Francia.
Si quieres conocer más información sobre la evolución del estilo o profundizar más en álbumes o artistas, te recomiendo leer:
Playlist con la mejor nouvelle chanson de 1988 a 2020
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Artistas recomendados de la nouvelle chanson française y mejores canciones
La santísima trinidad en los 90: Dominique A, Jean-Louis Murat y Miossec
Con el permiso del anteriormente mencionado Thomas Fersen, cuya característica voz define perfectamente el movimiento desde 1990 con Le Peuple De La Nuit a 2012 con la banda sonora de Ernest & Célestine, los tres artistas más representativos de la nouvelle chanson en los 90 son Dominique A, Jean-Louis Murat y Miossec. Al menos para mí, claro. También por la longevidad de dicha carrera en las siguientes décadas.
En términos de fama internacional, diría que Dominique A es el más reconocido, gracias a canciones como Éléor o Le Courage Des Oiseaux. También es el que ha tenido más claro a qué sonido se adscribe, y por tanto el que más forma conceptualmente francesa ha sabido darle. Su característico ritmo es tan imitado como reconocible entre los francoparlantes.
Sin embargo, para mí el que crea el sonido arquetípico que triunfará a partir de entonces es Miossec, en concreto con La Fidélité, canción perteneciente al álbum Baiser (1997). Desde aquí en adelante uno empieza a ver más a menudo el mismo patrón musical: letras crudas y un estilo melancólico convertidos en clásico de culto por la capacidad de Miossec de transformar la desesperanza y la crudeza de la vida cotidiana en música.
En cuanto a Jean-Louis Murat, aunque quizás sea el más desconocido de los tres fuera de los países francoparlates, fue un cantautor con una carrera tan prolífica y respetada en Francia que, de hecho, es el único de los tres mencionados que ya tenía una carrera previa a la existencia de la nouvelle chanson. ¿Qué era entonces? Pues eso es lo gracioso o interesante de este término, porque antes de 1988 los géneros de sus álbumes eran la new wave y la chanson estándar. Es decir, que lo que ocurrió a partir de la fecha elegida por la mayoría experta y especializada en la música es que la new wave dejó de ser relevante, básicamente.
Fallecido el 25 de mayo de 2023 a los 71 años, la música de Murat era seguramente la más poética de los tres, repleta de menciones a los paisajes y sentimientos de su Auvernia natal. A menudo comparado con Leonard Cohen por su barítono y su lirismo profundamente emotivo, Murat nunca dejó de reinventarse ni de explorar nuevos horizontes musicales hasta el final de su carrera.
Alain Bashung
Al principio no tenía pensado hablar de Alain Bashung, puesto que, a pesar de su popularidad, a mí ya me pilla lejos, dada mi edad y el momento en que entré en la música. En realidad, podría decir que es una cuestión de haber explorado menos su música que la del resto de artistas franceses de los que voy a hablarte, pero sea como sea sí que pienso que merece aparecer aquí por su importancia y el respeto que le profesan todos los demás artistas que voy a mencionar o ya he mencionado.
Después de todo, Bashung es una figura tan icónica de la música francesa que quizás sea el más valorado de la época menos internacional de la canción francesa. Como Murat, él también venía de una carrera previa antes de ser parte de este movimiento, siendo un innovador de la chanson al revitalizarla aprovechando el éxito de la new wave.
El tipo no paró desde que comenzara su carrera en los años 70, publicando hasta su muerte en 2009, destacando por una constante reinvención y experimentación de sí mismo. Álbumes como Osez Joséphine (1991) y Fantaisie Militaire (1998) son hoy todavía aclamados y muestran su capacidad para fusionar géneros y texturas sonoras. Y ejemplos de esto son las siguientes canciones que están en mi playlist de la nouvelle chanson: .
Rose
Como contaba al principio, descubri a la cantautora Rose, cuyo nombre real es Keren Meloul, por la recomendación de una compañera francesa de la universidad. Estaba de Erasmus en España y me grabó un CD que contenía muchos otros artistas de los que me hice seguidor, pero Rose destacaba porque en el CD me incluyó el álbum homónimo completo.
La cantante, que eligió su nombre artístico por la película La rosa (1979) de Mark Rydell, inspirada en la vida de Janis Joplin, no debía imaginar entonces lo difícil que sería encontrarla en Google con un nombre tan genérico, lo que afecta también a su primer álbum y al título del single con el que alcanzó el éxito en 2006: La Liste, de su álbum debut.
Su estilo, muy, pero que muy francés, combina la simplicidad de la chanson con elementos del pop contemporáneo de la época. Para mí, más allá de sus letras, que a menudo tratan sobre los altibajos del amor, destaca la sensibilidad que surge de su voz y de la tranquilidad general de todas las canciones, que, a mí al menos, me llevan a un estado mental más introspectivo.
Debo decir que, pasado un tiempo, le perdí bastante la pista, pero tiene un lugar especial en mi playlist y también en mi lista de recomendaciones de artistas.
Louise Attaque

En cambio, de Louise Attaque no recuerdo cómo los descubrí, pero sí recuerdo que con ellos permití que entraran en mi vida a pesar de ser más o menos antiguos (cosa que con Bashung no hice). En mi defensa, debo añadir que el uso del violín me ganó desde el principio, siendo más fan de canciones como Amours que de otras mucho más famosas para el público general como J’t’emmène Au Vent.
El caso es que Louise Attaque no es un artista como tal, sino una banda de rock alternativo que irrumpió en la escena de la nouvelle chanson a finales de los 90. Con su álbum debut homónimo, se hicieron famosos casi de la noche a la mañana, destacando por una mezcla de folk, punk y chanson muy divertida y fresca.
Sin embargo, algunos álbumes después, si bien todavía manteniendo el éxito y la fama, diría que la banda perdió un poco el interés de la mayoría, puede que porque para ellos fuese muy difícil mantener la misma frescura de sus primeros trabajos y sobre todo esa energía. En cualquier caso, si buscas algo diferente dentro de este subgénero, es un buen grupo por el que empezar.
Si te gusta lo que escuches, te recomiendo que escuches también a Poney Express, dúo formado inicialmente por Robin Feix, bajista de Louise Attaque y autor de la emblemática “Louise” que aparece en la mayoría de álbumes, o Gaëtan Roussel, que aparece en la playlist tanto en solitario como en Lady Sir junto a Rachida Brakni.
Benjamin Biolay

Aquí sí, posiblemente el cantautor francés moderno (aunque ya no tanto) más importante de la nouvelle chanson francesa. Benjamin Biolay está entre los que más me gustan sin duda, sobre todo porque es el que, sin parecer que ha cambiado, es el que más ha ido probando cosas nuevas musicalmente hablando sin con ello perder su esencia.
Comparado en sus inicios con Gainsbourg por su voz grave y su estilo sofisticado, como ya dije antes, la realidad es que es el cantautor más versátil de su generación, normal teniendo en cuenta sus inicios, ya que en su juventud aprendió a tocar el violín y la tuba y más tarde ingresó en un conservatorio, donde aprendió a tocar el trombón, siendo autodidacta en guitarra. En resumen, que la música le gusta. Tanto que, además de escribir y componer para él mismo, también lo ha hecho para otros, especialmente para otras, siendo productor y compositor de bandas sonoras y también de la mejor canción de Élodie Frégé, La Ceinture, o de algunos trabajos de Coralie Clément, hermana de Biolay., pero también por sus colaboraciones con gente tan importante como Vanessa Paradis, Henri Salvador y Chiara Mastroianni, con quien estuvo casado.
Teniendo en cuenta que tuve la oportunidad de verle en directo el 6 de noviembre de 2007 en la Sala Heineken de Madrid, con el cigarro todo el día en la mano del micrófono y el cubata en la otra, guardo por su obra un especial cariño, sobre todo por la que le descubrí, Mon Amour M’a Baisé, si bien terminó de ganarme cuando poco después (para mí) publicó Trash Yéyé.
En 2020 publicó Grand Prix, que contiene el que ahora mismo, en 2023, es su mayor éxito (Comment Est Ta Peine ?), una mezcla de chanson, música disco y electrónica, con más de 20 millones de escuchas acumuladas en Spotify, y sigue renovándose con cada nuevo álbum, como demostró en 2022 con Saint-Clair, así que desde aquí espero no tener que cancelarlo.
Por no dejarme nada, sobre todo hablando de recomendaciones: su álbum La Superbe (2009) es considerado una obra maestra de la música francesa contemporánea.
Vanessa Paradis

Seguramente Vanessa Paradis sea la artista más famosa que verás en la lista, sobre todo si hasta ahora no has tado muy interesado por la música francesa. El caso es que Vanessa Paradis es famosa desde antes de que la chanson fuese considerada nouvelle. De hecho, saltó a la fama cuando era adolescente con la canción Joe Le Taxi en 1987, siendo una especie de Alizée en aquel entonces (para los que Alizée fue lo que fue, porque ya ha pasado tanto o más tiempo desde Moi… Lolita como había pasado desde Joe Le Taxi cuando Alizée se hizo famosa internacionalmente).
Desde entonces, ha mantenido una carrera exitosa no solo en la música sino también en el cine, compaginando proyectos paralelamente e incluyendo grandes canciones en bandas sonoras, siendo mi favorita La Seine, junto a -M-, otro personaje de la nueva chanson francesa. Pero vamos, que en la playlist que comparto encontrarás muchas más y todas buenas.
Con frecuencia, se recuerda su relación musical con Serge Gainsbourg en los años 90 y con Lenny Kravitz, quien produjo su álbum homónimo en inglés, también su relación con Johnny Depp, pero a medida que ha tenido más capacidad de decisión sobre su música, se ha podido ver que es una artista con una personalidad que trasciende la música que produce, además de fronteras y generaciones que llevan varias décadas escuchándola (puede que sin saber que es ella quien canta).
Saez

Desde un tiempo a esta parte, evito usar el término “favorito” para referirme a mis gustos, principalmente porque estos son cambiantes y dependen de la edad, el estado de ánimo y mil cosas más. Sin embargo, no puedo evitar hacerlo para condensar en una palabra todas las que necesitaría para explicar lo que siento. De hecho, es una etiqueta dentro de este blog para aglutinar álbumes, películas y artistas que me gustan mucho y son especiales para mí.
Este es el caso de Saez, aunque ahora le tengo un poco cancelado por culpa de Enlève Ton Masque y ser un poco señoro. Aunque su canción más famosa sigue siendo, a pesar de todos los años que pasen, Jeune Et Con (que estaba en el disco de mi compañera francesa), lo cierto es que yo le conocí unos meses antes por otra canción posterior: Jeunesse Lève-toi, el 16 de junio de 2008. El triple álbum al que pertenecía esta canción, Varsovie – L’Alhambra – Paris, supuso para mí un descenso a los abismos musicales en una época en la que todavía me burlaba de lo que hacía Nacho Vegas por ser de tristes.
En aquel entonces yo lo descubrí como Damien Saez, pensando que era un separación de la banda nombrada por su apellido, pero resultó que no, que fue internet el que me dio información falsa. El caso es que con él y Damien Rice aprendí que llamarse así te da una sensibilidad excepcional, sobre todo para el drama, aunque en el caso del cantautor francés llama la atención que, entre drama y drama, no teme abordar temas políticos y sociales en sus letras (al parecer influido por los orígenes de sus padres, él es francés de origen español y ella argelina y, según una de sus canciones, costurera), variando entre el rock, el pop y la balada, siempre con un toque distintivo y apasionado propio de la chanson francesa.
Además del triple álbum ya mencionado, el otro gran trabajo de su carrera, para mí, es el triple álbum Messina, una obra muy intimista, pero también el más ligero, directo y rockero J’accuse. Más tarde, ha seguido dándome alegrías musicales, porque es innegable el talento y el conocimiento musical (hablamos de otro estudioso de conservatorio), pero también la sensibilidad y que tiende a repetir los mismos recursos en todos sus trabajos, aunque acoja en su seno muchos géneros dentro de sí.
El problema, creo, es que ha desarrollado tanto la figura de enfant terrible que ahora mismo es un artista un poco difícil de aguantar, en cierto modo autoexcluido del público, salvo para actuar en conciertos. Pero vaya, lo cierto es que, si publica algo nuevo, yo sigo dándole una oportunidad. Es el autor de Putains Vous M’aurez Plus, se lo debo.
Olivia Ruiz

Teniendo en cuenta que una de las críticas que más escucho sobre la música francesa en general es que, a menudo, es aburrida o vocalmente lánguida, pero sobre todo lenta o llena de tipos tristes, me parece que la presencia de Olivia Ruiz rompe de lleno con esas opiniones y también ayuda a despertarse del posible letargo.
Aunque hubo quien la despreció porque ganó el programa Star Academy en Francia (una suerte de Operación Triunfo), se reinventó a sí misma como una artista con credibilidad y profundidad artística para los que hasta entonces fueron sus principales haters. Como yo en aquel entonces no la conocía, no puedo opinar, pero sí de lo que conocí.
Esto es, su álbum La Femme Chocolat (2005), donde mezclaba pop con influencias de música folk y sobre todo mucha chanson de cabaret y varietés, y la importancia que le daba en todo esto a su estilo visual. Esto le llevó a publicar un álbum ilustrado por Benjamin Lacombe bajo el título de Swinging Christmas, y a colaborar con Dionysos durante el periodo de tiempo en el que fue pareja de su cantante, Mathieu Malzieu (o lo primero llevó a lo segundo, la verdad que no lo sé), destacando su trabajo en La Mecanique du Coeur.
En resumen, además de haber publicado muy buenas canciones en solitario, también ha sido capaz de hacer canciones memorables en colaboraciones con otros artistas, destacando Adamo entre ellos con Ce George(s) o en Sur La Route d’Amsterdam con Oxmo Puccino. Pero no solo ahí, porque, como su nombre o su apellido pueden dejar entrever, hay algo de hispano en Olivia Ruiz, y lo ha demostrado con canciones como Malagueña (versión del clásico) o con Las Migas De Mi Corazón, junto a Julieta Venegas, que sirvió como adelanto de su versión para el mercado latino de La Femme Chocolat.
Raphaël

Hablando de artistas franceses con canciones traducidas al español, no puedo olvidarme de Raphaël Haroche, otro de mis grandes descubrimientos de la época (allá por 2006) que con Caravane estuvo semanas y semanas entre los álbumes más vendidos de Francia, Bélgica y Suiza (por lo menos). De hecho, el single que da título al álbum fue traducido al español como Caravana, junto a una selección de temas del mismo, destacando entre ellos En Un Siglo Verás, junto a Luz Casal, aunque en este caso el interés en promocionarlo no fue tan llamativo como en el caso de Olivia Ruiz (quizás por el peor nivel de castellano del cantante).
Fan declarado de David Bowie, sus trabajos más importantes cuentan con la colaboración de sus músicos habituales, incluyendo un álbum en directo llamado Résistance À La Nuit, aunque prefiero el otro que hizo, más acústico e intimista, titulado Une Nuit Au Châtelet.
Tras el éxito masivo de Sur La Route primero y de todo el álbum de Caravane, el cantautor se vuelve más consciente de sí mismo y, entre homenajes a la chanson como Le Vent D’Hiver, con menciones a Prévert, lo cierto es que lo que más hace destacar sus posteriores trabajos es lo que más se separa de su estilo, destacando Adieu Haïti, donde la presencia de Toots, un mito del reagge jamaicano, convierte la nostalgia de la canción en algo muy distintivo y especial.
Zaz

Pero, a pesar de los intentos de los dos artistas anteriores por triunfar más allá de Francia, Bélgica y otros países francófonos, lo cierto es que quien lo consiguió no tuvo ni que traducir su canción más famosa. Zaz, Isabelle Geffroy, combina en su primer álbum (homónimo) y posteriores el jazz, la chanson y el soul para crear un estilo único que cuadraba bastante bien con su presentación formal, bastante de moda en 2010 en España, donde la gente lo denominaba “perroflautismo”.
Su single Je Veux le dio fama internacional, destacándose por su voz ronca y su energía en el escenario, sin embargo lo cierto es que tiene muchas más canciones con encanto, aunque quizás no hayan tenido la misma repercusión aquí. ¿Tendrá algo que ver que se haya ido alejando del hippismo? No sé, pero de verdad que vale la pena adentrarse en los siguientes álbumes que ha seguido publicando. On Ira es un buen ejemplo, Qué Vendrá también, pero también valen las versiones de grandes clásicos dedicados a París que hizo en el álbum de mismo nombre.
Bénabar

A Bénabar, Bruno Nicolini para los amigos, lo conocía de hacía tiempo, pero el hecho de que le prestara más atención se lo debo a mi amiga belga Audrey, quien me hablaba de él como el cantante más gracioso e ingenioso del momento. Yo por aquel entonces sí sabía que era como la nueva versión de Brassens, a su pequeña manera menos política, pero sus observaciones agudas de la vida cotidiana daban buena cuenta de ello.
Su música, si no sabes francés, como me pasa a mí, es lo suficientemente buena como para que no sufras por lo que se pierda en la traducción, y como toma de contacto de la chanson moderna es perfecta, con un enfoque en la narrativa y la vida de la clase media francesa que, en cierto modo, se transmite también en el espíritu y las melodías.
Recomiendo ferviertemente Le Dîner, L’effet Papillon o Paris By Night, pero en la lista de reproducción que adjunto encontrarás muchas más canciones. Y, si te gustan todas, te diría que siguieras con otro cantante que comenzó su carrera con ese toque de humor ingenioso salido de la cotidianidad: Renan Luce, y sobre todo la canción La Lettre o Les Voisines, aunque no sé qué tal habrán envejecido, dada la temática de ambas.
La Grande Sophie

Sophie Huriaux, más conocida como La Grande Sophie, ha sido una figura notable en la escena pop-rock francesa desde los años 90. Con un estilo que varía desde el pop energético hasta baladas más suaves, sus letras suelen ser introspectivas y personales. Ha ganado varios premios y es conocida por su habilidad para conectar con el público en sus actuaciones en vivo.
En cualquier caso, para mí lo más importante está en su carrera de los 2000 en adelante, cuando se la considera parte esencial de la nouvelle chanson como una de las voces femeninas más relevantes. Entre mis favoritas: Du Courage, Une Vie y Maria Yudina.
Vincent Delerm

Vincent Delerm es conocido por su enfoque literario de la música, a menudo hablando más que cantando sus letras. Su estilo narrativo y su uso del piano han atraído a una audiencia que valora la palabra tanto como la melodía. Su álbum debut (homónimo) en 2002 se ganó a la crítica por su originalidad y encanto.
Mis canciones preferidas: Fanny Ardant Et Moi, Ils Avaient Fait Les Valises Dans La Nuit, Je Ne Veux Pas Mourir Ce Soir y Les Chanteurs Sont Tous Les Mêmes.
Brigitte

El dúo francés Brigitte, compuesto por Sylvie Hoarau y Aurélie Saada, ha creado un estilo retro-chic con influencias que van desde el folk hasta la música de los años 60 y 70.
Conocidas por su armonía vocal y su estética bohemia, Brigitte trae un toque de glamour y feminismo a la escena musical francesa, redefiniendo la chanson con un enfoque contemporáneo y fresco.
Destaco, de todas las canciones seleccionadas en la playlist, las siguientes canciones: A Bouche Que Veux-Tu, Hier Encore, Le Déclin o La Vengeance D’Une Louve.
Boulevard des Airs

Termino este apartado con Boulevard des Airs, un grupo musical cuyo estilo fusiona el rock, el pop y los ritmos del mundo, desde el ska a la electrónica indiferentemente.
Establecidos firmemente en el panorama de la nouvelle chanson, su mayor éxito llegó en realidad por la mierda de realidad, asociado al atentado de Bruselas en el año 2016, que elevó la canción Bruxelles como una de las más escuchadas durante los días siguientes en todos los países de la zona, pese a haber sido publicado en el año 2015. De hecho, es así como yo descubrí a esta banda, gracias a una página de Last.fm que ya no existe y que te permitía ver qué canciones habían crecido más porcentualmente en términos de escuchas comparado con la semana anterior.
Entroncando con lo anterior, son conocidos por su compromiso en temas sociales, habiendo colaborado incluso con Pulpul de Ska-P, lo cual no deja de ser llamativo teniendo en cuenta la figura que representa el cantante español fuera de nuestras fronteras.
Además de la canción ya mencionada, entre mis favoritas recomiendo Emmène-Moi, Le Bagad De Lann-Bihoué, Je Me Dis Que Toi Aussi o Et Nous Vraiment.
Cantantes de nouvelle chanson no franceses
Los siguientes artistas, aunque no son franceses de nacimiento, han contribuido en gran medida a la evolución y diversidad de la nouvelle chanson y la música francófona contemporánea. Cada uno ha aportado su sello único y ha ayudado a expandir el alcance de lo que puede considerarse parte de la tradición de la chanson, llevando el género a nuevas direcciones y audiencias.
Cœur de Pirate

Béatrice Martin, más conocida por su nombre artístico Cœur de Pirate, es una cantautora canadiense que ha capturado los corazones del público francófono con su voz suave y melodías pegajosas. Surgiendo en la escena en 2008 con su álbum homónimo, su música combina el pop indie con la sensibilidad de la chanson francesa, a menudo centrándose en temas de amor y desamor.
Su álbum Blonde (2011) solidificó su estatus en la música francófona, mostrando una madurez en su sonido y principalmente en las composiciones de todas sus canciones. Cœur de Pirate también es conocida por su activismo y su papel en la representación LGBTQ+ en la música.
Carla Bruni

Carla Bruni, aunque nacida en Italia, ha tenido una influencia notable en la chanson francesa moderna, y más allá, claro, porque llegó a ser la primera dama de Francia cuando se casó con Sarkozy. No cuento nada nuevo, vaya. Estamos hablando de la cantante más famosa de Francia en los 2000, a pesar de serlo casi por sorpresa en sus inicios.
Ya establecida como una de las artistas más importantes, siendo un nuevo lanzamiento prácticamente un evento para los seguidores de la música francesa, la anteriormente modelo y cuando quiere cantante debutó con la para siempre inolvidable Quelqu’un M’a Dit en 2002 fue un éxito internacional y la colocó en el centro de atención musical. Su voz susurrante y letras introspectivas han definido su estilo suave y melódico, recordando a algunas de las más grandes de la chanson de los 60.
Entre lo de haber sido modelo y sobre todo por haberse casado con el expresidente francés Nicolas Sarkozy, es innegable que su carrera ha estado bajo un escrutinio considerable, pero ha continuado produciendo música que podrás descubrir en la lista de reproducción que comparto en este artículo.
Keren Ann

Otra cantante con nacionalidad francesa pese a haber nacido en otro país es Keren Ann, otra de las cantautoras más importantes internacionalmente dentro de la chanson moderna. También productora y actriz, ha desarrollado una carrera destacada tanto en Francia como a nivel internacional cantando en inglés.
Nacida en Israel y criada en parte en los Países Bajos y Francia, Keren Ann es por encima de todo una artista cosmopolita con un estilo muy personal. Su música transita por la chanson francesa, el folk y el pop, con una habilidad para tejer melodías serenas y letras que hablan desde el corazón al alma.
Keren Ann ha lanzado varios álbumes aclamados por la crítica desde su debut en la escena musical a finales de los años 90. Su álbum La Disparition de 2002 y el siguiente, titulado Nolita y publicado en 2004, con canciones en francés y en inglés, la confirmaron como una artista con un pie en cada lado del Atlántico, capaz de encandilar tanto a los aficionados del indie como a los de la chanson tradicional. A menudo es minimalista, íntima y evocativa, pero su música destaca por su voz dulce y sus habilidades de composición que se inclinan hacia lo poético y lo contemplativo.
Su talento se extiende más allá de su propia música; ha escrito canciones para otros artistas, incluyendo la exitosa canción Jardin D’hiver para Henri Salvador, y ha compuesto bandas sonoras para cine y televisión. Con una presencia discreta pero poderosa, Keren Ann es una artista cuya obra destaca por una elegancia atemporal y una universalidad emocional. A lo largo de su carrera, que continúa a un nivel excelente, ha mostrado un compromiso con la artesanía de la canción, creando obras que se mantienen como referencia en la música contemporánea.
The Madd

The Madd es un ejemplo un poco diferente en esta lista, ya que son una banda de garage rock holandesa. No encajan directamente en el género de la nouvelle chanson, pero su estilo retro de los años 60, con especial interés por el mod (esto es, aquello que surgió entre The Beatles y The Rolling Stones), y su energía desenfrenada y mucho más destacable cuando usan el frances como lengua, les han ganado una base de fans también entre los oyentes francófonos. Aunque su música no es típicamente lo que se asociaría con la chanson, su estética y sonido tienen ecos de la época dorada de la música pop francesa. En resumen, quizás son un poco más yéyé que chanson, pero creo que merece la pena contar con The Madd en esta lista.
Laurence Nerbonne

Siguiendo con artistas que como tal no hacen chanson moderna, pero forman parte paralela y espiritual del movimiento, también me gustaría recomendarte a Laurence Nerbonne, una artista de Montreal, Canadá, que en la dédada pasada (y aun hoy) trajo una algo de energía y frescura a la escena pop francófona. Su trabajo se aleja de las tradicionales baladas de chanson para sumergirse en el pop electrónico con un toque de sintetizadores y ritmos de baile. Con su álbum debut XO (2016) y su continuación FEU (2019), ha demostrado un talento para producir himnos pop con un toque francófono, desafiando las expectativas y empujando los límites del género.
Estos artistas, aunque no son franceses de nacimiento, han contribuido en gran medida a la evolución y diversidad de la nouvelle chanson y la música francófona contemporánea. Cada uno ha aportado su sello único y ha ayudado a expandir el alcance de lo que puede considerarse parte de la tradición de la chanson, llevando el género a nuevas direcciones y audiencias.
En fin, espero que este artículo te haya interesado, tanto en la parte en que hablo sobre el subgénero como al hablar sobre los artistas, y sobre todo que te guste la playlist y te suscribas a ella y, si quieres, también al usuario.

(Madrid, 1987) Escritor de vocación, economista de formación, melómano, cinéfilo y amante de la lectura, pero más bien amateur.