Qué década tan complicada, la verdad, la de la música de los años 30. En Estados Unidos están sufriendo las consecuencias del crack del 29 en la bolsa. Los felices años 20 han muerto.
La tristeza y la infelicidad en esta década no fueron sentimientos que sólo les afectaran a ellos, los estadounidenses, ni mucho menos sólo a la música de los 30. Más de dos décadas de penurias, en realidad, supuso esa Gran Depresión. Un revuelo constante en las sociedades de medio mundo durante, por centrarnos, los diez años siguientes, que darían paso, además, al inicio de la Segunda Guerra Mundial.
La pobreza extrema en Alemania, tras la Primera Guerra Mundial, repartió fuerza a los extremos y sus gritos, junto con otros protagonistas afectados por una crisis global. En España, por ejemplo, tuvimos la Segunda República y la posterior Guerra Civil (que veremos en esta lista de manera lateral), en América Latina tuvieron tantas revoluciones como ataques de Estados Unidos para controlarla subrepticiamente. Y todo eso sólo en lo político.
Con este ambiente, va a resultar muy llamativo observar musicalmente el contraste cultural y diferenciar entre los tipos de artistas que campaban por las tierras más cantarinas del mundo. Sobre todo porque vamos a intentar no incluir canción de guerra, pero sí incluir canciones de entreguerras entre las mejores canciones de los años 30, aunque alguna es tan popular que no nos ha quedado más remedio.
El contexto de la música de los años 30: crack del 29, extremos y canciones de entreguerras
Como, en cierto modo, la música de los años 30 era entendida como una liberación, o una escapada de la realidad, como también lo fueron las canciones de los años 50, escucharlas hoy, sabiendo el contexto, resulta todavía más llamativo que entonces. Sin embargo, a menudo, una canción de esta década puede ser tan estremecedora, incluso escuchada ahora, que te puede descomponer el cuerpo por dentro y por fuera, así que ponte en la piel de los que los vivieron, esos tiempos. No queremos adelantarnos, pero Suspiros De España, en el caso de nuestro país, es un buen ejemplo de lo que queremos decir.
Claro, también es cierto que en Estados Unidos, a pesar de estar viviendo la Gran Depresión, la vida fuera de sus fronteras le daba un poco lo mismo. Aunque ellos entendían(¿entienden?) como sus fronteras todo el continente americano, prácticamente. Lo mismo pasaba con Vietnam y las canciones de los 60, por ejemplo. Así pues, nadie estaba muy contento, nada era especialmente alegre, salvo en el cine y en la música, claro.
Por todo ello, la década de los 30 fue muy convulsa y precaria, precedida en realidad por el final de la Primera Guerra Mundial y una década que parecía querer olvidar lo que vivieron muchos. El mundo entraba en una especie de proceso de triste madurez o extraño desarrollo que llevó al final de una forma de ver la vida que moría poco a poco tras enfrentarse a una guerra infinita de trincheras, en Europa, y a un periodo de pérdida de riqueza, consumo y sueño americano en Estados Unidos.
40 canciones de los años 30, año a año
O que se lo pregunten a Fred Astaire, que en gloria esté: la estrella absoluta de la década, aunque en realidad también de la siguiente, como puedes ver en nuestra página dedicada a las canciones de los años 40, dominando el musical en el cine, el baile en las pantallas y las pistas de baile con su voz y los arreglos y composiciones de Irving Berlin. Sin embargo, este no es el único nombre destacado dentro de la música de los años 30. Antonio Machín, Marlene Dietrich, Carlos Gardel, la francesa Fréhel y los primeros pasos del blues también son los protagonistas de la década.
Pero antes de empezar nuestro recorrido por las mejores canciones de los años 30, conviene recordar el tema Siboney, puesto a la venta en 1929, porque, por un año, se ha librado de entrar en la lista y lo merecería. A pesar de no ser algo malo y entristecernos, deberíamos alegrarnos. Tenemos la excusa perfecta para hacer, en algún momento, nuestra lista con las mejores canciones de la década anterior a esta.
En este sentido, no queremos olvidarnos de otros nombres como el de Polaire, por ejemplo. Porque son estos nombres los que nos invitan a hablar y descubrir más música, dada su importancia. Queremos llegar a las últimas grabaciones reales de dichos artistas y de otros. Llegar a todo lo que exista. Pero bueno, mientras todo lo dicho llega, te dejamos con la mejor música de los 30, empezando por 1930, hasta completar las 40 canciones que definen estos años.
Canciones de 1930
El Manisero, de Antonio Machín (con Don Azpiazu y la Havana Casino Orchestra)
Abrimos nuestra lista de canciones de los años 30 con Antonio Machín y el clásico El Manisero. Este son cubano compuesto por Moisés Simons nos mete de lleno en el espíritu de la década en su vertiente latina. La canción obtuvo fama mundial, a pesar del idioma y el origen cubano, convirtiéndose en un estándar de la música latina para siempre.
La voz y la personalidad de Machín, como casi siempre, elevan el tema por encima de cualquier otra versión.
Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt, de Marlene Dietrich
Conocida en su versión inglesa como Falling In Love Again, el significado literal de Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt es Estoy a punto para el amor de los pies a la cabeza. Años más tarde nacería el marketing y le diría a los autores de canciones que debían poner títulos más cortos para que tuvieran éxito.
Más tarde llegarían sagas literarias como la de Millennium o bandas como Fall Out Boy y Panic! At The Disco para revertir la tendencia otra vez. Para nosotros, mientras lo que ofrezcan esté bien, que pongan el título que les salga de las narices. Eso hacía Marlene Dietrich normalmente.
Puttin’ On the Ritz, de Fred Astaire
Nuestra primera opción para hablar de la música americana en los años 30 no es ninguna sorpresa. Fred Astaire es una leyenda del cine, de la música y del baile. Puttin’ On the Ritz quizá sea hoy más famosa por la versión que cantan en El Jovencito Frankenstein. Al menos así es para nosotros. En cualquier caso, es un gran tema que te hará quere bailar claqué aunque no sepas ni dónde puedes aprenderlo.
Parlez-Moi D’Amour, de Lucienne Boyer
Definida como una bella canción de una era olvidada, Parlez-Moi D’Amour, en la interpretación de Lucienne Boyer, es todo eso y más. El encanto, el modo de cantar, la forma en que se escucha por cómo ha sido grabada con los medios del momento. Los cambios de ritmo vocales e instrumentales. Todo es perfecto a su manera.
Canciones de 1931
Tico Tico No Fubà, de Zequinha de Abreu y la Orquesta Colbaz
Seguramente más famosa como Tico Tico, a secas, fue compuesta por Zequinha de Abreu en 1917 y ha sido versionada por grandes artistas como Paco de Lucía, porque otra cosa no, pero la melodía ultra famosa de Tico Tico ha servido para cualquiera con un poco de talento para hacerla todavía más famosa de lo que ha sido siempre.
A Nous La Liberté, de Henri Marchand
Crónica de la canción francesa, fue compuesta para la película francesa Viva la libertad, estrenada en este mismo año. Estaba protagonizada por Raymond Cordy y Henri Marchand, que personificaban a dos presidiarios que planean fugarse con inesperados devenires para cada uno.
Parlami D’Amore, Mariù, de Achille Togliani
Famosa gracias al anuncio de Dolce & Gabbana (¡corten!), lo cierto es que este tema de Achille Togliani ya fue todo un éxito de la música en los años 30, cuando la puso a la venta en 1931. Sus dotes para la ópera han superado varias décadas hasta llegar a convertirse en un icono pop por un anuncio de colonia. La vida.
Canciones de 1932
Night & Day, de Fred Astaire & Leo Reisman
Canción principal de la película La alegre divorciada, fue otro vehículo destinado al lucimiento de Fred Astaire y Ginger Rogers, porque aunque no la hayamos mencionado todavía, la importancia de Ginger Rogers en los años 30 es tan importante como la de Astaire. Sin ella, probablemente muchas de las películas que compartieron no tendrían la misma magia que hoy tienen. El nivel de esfuerzo, por otra parte, es algo a valorar incluso más que lo anterior.
Brother, Can You Spare a Dime?, de Bing Crosby
En español Hermano, ¿puedes prestarme una moneda de diez centavos?, comenta un usuario en YouTube que, ajustando la inflación a los valores actuales, estaríamos hablando de 1,45 dólares.
Este cálculo puede resumir en pocas líneas todo el tiempo que ha pasado desde 1932. En resumidas cuentas, hablamos de una de las canciones más famosas dedicadas a la Gran Depresión.
All Of Me, de Louis Armstrong
A día de hoy, All Of Me es una canción bastante popular, un estándar de jazz clásico que fue escrito por Gerald Marks y Seymour Simons en 1931 e interpretado por Louis Armstrong un año después.
Granada, de Agustín Lara
El cantante y escritor mexicano Agustín Lara (El Músico Poeta y El Flaco de Oro), todo un ídolo en la España de los años 30 y 40, escribió varias canciones dedicadas a ciudades de este país (Madrid, el chotis, es otro claro ejemplo).
Granada, compuesta por Pedro Vargas, es una de las más famosas, aunque él mismo no la visitaría hasta el año 1954.
It Don’t Mean A Thing (If It Ain’t Got That Swing), de Duke Ellington
Pero es hora de volver al swing, tan famoso y exitoso en los años 30. It Don’t Mean A Thing (If It Ain’t Got That Swing) es un clásico compuesto y arreglado por Ellington en agosto de 1931 durante los intermedios en la Lincoln Tavern de Chicago y fue grabada por primera vez por Ellington y su orquesta para Brunswick Records el 2 de febrero de 1932.
Después de que Mills escribiera la letra, Ivie Anderson puso la voz y el trombonista Joe Nanton y el saxofonista alto Johnny Hodges tocaron los solos instrumentales. La canción se hizo famosa, escribió Ellington, “como la expresión de un sentimiento que prevaleció entre los músicos de jazz de la época”.
Como buen jazz, tiene su intrahistoria: Ellington atribuyó el título como un “credo” de su ex trompetista Bubber Miley, que se estaba muriendo de tuberculosis en ese momento. Miley murió el año en que se lanzó la canción.
Canciones de 1933
Black Betty, de James Iron Head Baker
Te suena, ¿verdad? Este clásico de la música negra tiene muchísima historia y un enorme recorrido con orígenes diversos. Nadie sabe a quién atribuir su autoría, aunque todos creen que es derivada de los campos de algodón donde esclavos negros eran maltratados a diario.
We Are In The Money, de Ginger Rogers & Gold Diggers
Otra canción salida de un musical, esta vez cantada únicamente por Ginger Rogers. La película, de 1933, fue rodada en pleno apogeo de la Gran Depresión, así que esta canción es una clara referencia a los problemas monetarios del momento. Irónicamente, la canción termina con la oficina del sheriff cerrando la producción para recaudar dinero de las deudas pendientes.
Stormy Weather (Keeps Rainin’ All the Time), de Ethel Waters
Al Hirschfeld dijo una vez que todo lo que Ethel Waters tenía que hacer era salir y decir “Hola” y él lloraría. Era capaz de conmover al más pintado con su voz y su interpretación.
Hacia el final de su carrera, Waters se negó a cantar esta canción, porque, en sus palabras: “La vida ya no es tormentosa”. Bien está lo que bien acaba.
Canciones de 1934
Cambalache, de Sofía “La Negra” Bozán
El tango tuvo una especial importancia e dejó una fuerte impronta. Si bien quizá tuvo mayor repercusión en los años 20 que como parte de las mejores canciones de los años 30 en todo el mundo, temas como Cambalache prueban que la salud del género, aunque se prodigue poco, nunca será mala.
Esta versión de Cambalache, una de las primeras realizadas, es obra de Sofía Bozán, apodada La Negra. Una obra inmortal compuesta por Enrique Santos Discépolo.
Si Tu N’Étais Pas Là, de Fréhel
Décadas antes de que Rosana cantara Si Tú No Estás Aquí, Fréhel expresaba una forma de añoranza similar, aunque quizá no dedicada a un padre. Porque creo recordar que el tema de Rosana sí. ¿Me lo habré inventado?
Blue Moon, de Billie Holiday
Blue Moon es un clásico, éste sí, irrepetible. Sólo Billie Holiday es capaz de mostrar la emoción así, te guste más o menos su estilo de música. Hay quien dice que los sentimientos que expresaba en sus canciones eran derivados de la vida que llevó, o que sufrió, porque a menudo todo le sobrevenía casi sin remedio. Sea como fuere, nos dejó un legado de canciones a reivindicar.
El Día Que Me Quieras, de Carlos Gardel
Carlos Gardel se convirtió en mito mucho antes de fallecer prematuramente en un accidente. Tristemente, la tragedia lo agrandó todavía más. Capaz de convertir cualquier canción en éxito y en algo imperecedero.
Canto, de Francisco Canaro
Pero, como estamos viendo, Gardel no era el único talento de gran personalidad capaz de inmortalizar el tango. Francisco Canaro, acompañado de una gran armonía. La guardia vieja, una vez más, demostrando por qué fueron lo que fueron y todavía lo son.
Canciones de 1935
Cheek To Cheek, de Fred Astaire
Cambiamos de tercio a mitad de década. De nuevo con un clásico imperecedero, esta vez de Fred Astaire con Cheek To Cheek. De la película Sobrero de copa, este estándar de jazz alegre y danzarín ha sido versionado hasta la saciedad por cientos de crooners, siendo recordada para siempre y sin ninguna duda como una de las grandes canciones de los años 30 en inglés.
Ta Ostatnia Niedziela, de Jerzy Petersburski
No por muy famosa, esta canción deja de resultar muy llamativa. Principalmente por su origen, sobre todo por el idioma en que está compuesta.
Jerzy Petersburski fue un pianista polaco judío, compositor de música popular, pero conocido principalmente por sus tangos, algunos de los cuales (como este To Ostatnia Niedziela, Już Nigdy y Tango Milonga) fueron hitos que ayudaron a la popularización del género musical en Polonia y, como puedes ver, todavía son ampliamente conocidos hoy, más de medio siglo después de su creación.
Silent Night, de Bing Crosby
Si bien White Christmas es, posiblemente, el villancico más popular del mundo, Silent Night no se queda atrás. La voz de Bing Crosby convirtió en clásico imperecedero este tema que en español es conocido como Noche De Paz, y continúa con Noche De Amor.
Por Una Cabeza, de Carlos Gardel
En cualquier caso, esta lista sirve para destacar que a mitad de la década tuvo mayor predominancia en el mundo el tango argentino, aunque viniera de Polonia. Para prueba, tenemos Por Una Cabeza y Volver en 1935. Dos grandes éxitos de Gardel.
Volver, de Carlos Gardel
Por lo tanto, terminar el año con Volver es, quizá, lo más lógico. Una canción llena de significado, de mundo interior, generadora de sensaciones en el oyente, siempre vigente y con versiones bastante dignas en diferentes géneros.
Canciones de 1936
Sing, Sing, Sing (With A Swing), de Benny Goodman Orchestra
Con música y letra de Louis Prima, quien la grabó por primera vez con la New Orleans Gang en 1936, no es suya la versión más popular. La versión más famosa, de hecho, pertenece a la big band de Benny Goodman Orchestra y es una de las más recordadas en esta era del swing.
Palpite Infeliz, de Aracy De Almeida
Mucha gente dice que a Aracy De Ameida debería ser escuchada de rodillas.
Quand On Se Promène Au Bord De L’Eau, de Jean Gabin
Si un ciudadano francés tuviera que elegir una sola película para caracterizar el espíritu de 1936, probablemente sea La belle équipe, de Julien Duvivier, que reunió a dos estrellas de la época: Jean Gabin y Charles Vanel.
Sin embargo, si algo es recordado más allá del film, es la canción escrita por el propio director y cuya música fue compuesta por Maurice Yvan y Jean Sautreuil. Estaba ya presente en los créditos, pero además aparecía repetidamente a lo largo de la película.
Canciones de 1937
Some Day My Prince Will Come, de Adriana Caselotti
Mi Príncipe Vendrá en su versión en español, en ambos casos compuesta y cantada para la película de Blancanieves y los siete enanitos, es un clásico que seguimos oyendo a menudo todavía.
Minor Swing, de Django Reinhardt
El gypsy jazz de Django Reinhardt es tan, pero tan famosa, que poco más podemos añadir, salvo que es una de las mejores canciones dentro de la música de los años 30 y en general de la historia. Escúchala y disfruta (sobre todo si no la conoces).
Fritiof Och Carmencita, de Evert Taube
También conocida como Samborombón es una canción sueca que añadimos a la polaca como las outsiders principales entre el resto de idiomas más conocidos. Aunque el título oficial hace hincapié en Carmencita, es conocida hablar sobre Fritiof Andersson, quien cabalgaba sobre Samborombón y baila tango con la linda Carmencita en una posada. Él le pide que se case con él, pero ella se niega y le dice que pronto se casará con otro hombre.
Pobre.
Canciones de 1938
When The Saints Go Marching In, de Virgil Oliver Stamps
Es uno de los grandes clásicos y en sí mismo un gran himno gospel, que suele aparecer anualmente en las marchas de carnaval de Nueva Orleans. When The Saints Go Marching In es especialmente divertida en cualquiera de sus formas. Nosotros preferimos la versión original de Louis Armstrong, pero tenemos que remontarnos al año 1927 para escucharla.
La Chanson Des Fortifs, de Fréhel
De entre las canciones contra la guerra que fueron compuestas durante el periodo de entreguerras, el tema de Fréhel es uno de los más famosos en Francia. Hace referencia a ciertos eventos acontecidos entre 1840 y 1882 en las zonas fortifs de París.
Big Noise From Winnetka, de Bob Crosby Orchestra
Una de las canciones más conocidas de esta lista sin lugar a dudas, a pesar incluso de carecer de apartado vocal que acompañe a la trepidante melodía que escuchamos a lo largo de Big Noise From Winnetka.
Canciones de 1939
In The Mood, de Glenn Miller
Resulta imposible elegir un título mejor para denominar a una canción que por sí sola te puede poner de buen humor y en forma al mismo tiempo. Por ello, es, para nosotros, una de las mejores canciones de los años 30. Demuestra la energía que tenían entonces algunos músicos y, además, dejaba claro que las penurias de una guerra que empezaba, todavía no llegaban a ese lado del Atlántico.
Somewhere Over The Rainbow, de Judy Garland
Vaya año, ¿verdad? No sólo son grandes éxitos aún recordados hoy, es que probablemente sean los más recordados de la época.
¿Qué podemos decir del tema principal de la película El Mago de Oz? Podríamos hablar sobre los entresijos de la filmación, lo duro que era el maquillaje, o los pesados disfraces, o las presiones (literales y figuradas) a Judy Garland. Pero en fin, disfrutemos de la canción.
Strange Fruit, de Billie Holiday
Porque ahora volvemos a la canción protesta y a la pena máxima tan bien expresada siempre por Billie Holiday. Su tormentosa vida dio tanto de sí a nivel musical, que la convirtió en una diva para siempre. Seguramente ella habría preferido tener una buena vida.
Suspiros De España, de Estrellita Castro
Por fin, llegamos a Suspiros De España, probablemente el éxito de los 30 más recordado en el país. Recuperado para la película de Soldados de Salamina, donde sonaba muy apropiada, lo cierto es que es una canción apropiada siempre.
Imagina ese 1939 en España, el año en que acabó la Guerra Civil y comenzó la dictadura y un periodo de pobreza largo y duro, el de la posguerra. Y ahora imagina ponerle sonido y letra. Entonces estarás imaginando esto.
La Java Bleue, de Fréhel
La Java bleue es una canción de con letra de Noël Renard y Géo Koger y música de Vincent Scotto. Data de 1938, fue interpretado por Fréhel en 1939 en el escenario en un disco y en el cine en la película Une java de Claude Orval en la que Berval también retoma el estribillo.
Lili Marleen, de Lale Andersen
Acabamos nuestra lista con la mejor música de los 30 con un clásico mundial cantado en alemán. Una canción con mucha historia dentro y fuera de la letra, que ha sido cantada por decenas de voces y que muchas veces se otorga a Marlene Dietrich la mejor versión. Porque también la cantó (incluso en una versión en inglés), pero nuestra versión favorita, musicalmente hablando, pertenece a Lale Andersen.
Lale Andersen fue una de las grandes cantautoras de la chanson alemana y, si bien Lili Marleen fue grabada en estudio en 1939, es en 1941 cuando alcanza la popularidad, primero a través de las ondas, en Radio de los Soldados de Belgrado, la emisora de radio para las fuerzas armadas alemanas en la Yugoslavia ocupada, pronto llegaría al otro bando de la guerra, convirtiéndose en un himno para ambos, cada uno en su versión, claro.

(Madrid, 1987) Escritor de vocación, economista de formación, melómano, cinéfilo y amante de la lectura, pero más bien amateur.