Amália Rodrigues, del fado en portugués al mundo entero

Amália Rodrigues, la reina del fado

Como ocurre con otros tantos grandes artistas de la música de los años 40 y 50, Amália Rodrigues es famosa en el mundo entero, aportando a la cultura popular decenas éxitos como los que te mencionamos en la lista de canciones de los años 50 que hicimos hace un tiempo.

Venida de Lisboa y predestinada a la grandeza alrededor del mundo entero, lo cierto es que la vida de Amália Rodrigues es tan interesante como su carrera. A continuación, desgranaremos algunas etapas de su vida y su discografía para recordar la voz que emocionó a miles de personas en su tiempo y que todavía hoy resulta incuestionable como la gran voz del fado, de Portugal al mundo entero.

Además de algunas canciones, versiones y remixes, en este artículo incluiremos varias fotos de Amália Rodrigues, que nos aproximan a su vez a la evolución de una artista que empezó su carrera a finales de los años 30 y continuó creciendo hasta los 90.

Biografía de Amália Rodrigues

Los inicios en el barrio

Nacida en Lisboa el año 1920, Amália Rodrigues comenzó a cantar en público con sólo 9 años, y 10 años después, contando 19 añitos, empezó a hacerlo profesionalmente. De la mano del compositor Joaquim José de Lima, su nombre se hizo poco a poco conocido en la ciudad, ya que cantaba en casas de fado de Lisboa y otros clubs junto a otros jóvenes fadistas. Eso sí, por aquel entonces era conocida como Amália Rebordão, ya que por entonces utilizaba el apellido de su madre (Lucinda da Piedade Rebordão) en lugar del de su padre (Albertino de Jesus Rodrigues). Sin embargo, más que por ellos, puede que esta opción en un principio se debiera a la convivencia que tenía con sus abuelos maternos, con los que vivió hasta los 14 años.

Fue entonces, a los 14 años, cuando decidió mudarse de nuevo a la casa de sus padres, que si bien entonces ya vivían en Lisboa, no lo hicieron desde que su hija tenía 14 meses. Tras el nacimiento de la cantante en Lisboa, sus padres se marcharon al pueblo, ante la falta de trabajo en la capital portuguesa, y la dejaron junto a sus abuelos, que la criaron hasta ese día. Así, el cambio de vida fue total.

Pronto dejó de cantar en la escuela, pero ganó cierta popularidad mientras vendía frutas con su hermana en el puerto de Lisboa. Tanta, que el organizador del concurso Reina del Fado de los Barrios insistió para que se inscribiera representando al suyo (Alcântara) y finalmente lo hizo. Participó en dicho concurso, pero no llegó a competir porque ninguno de sus rivales se atrevió a hacerlo contra ella. Sin embargo, al menos le sirvió para audicionar ante el director de las Casas del Fado en 1938.

Los intentos de suicidio y las ganas de cantar

La vida de Amália Rodrigues tuvo turbulencias desde joven. No sólo por el hecho de que, a nuestros ojos modernos, estuviera medio abandonada por sus padres, aunque bien arropada por sus abuelos. Sobre todo porque la vida con su hermano mayor le resultó bastante dura y, en general, la opinión de su familia sobre su carrera, todavía en ciernes, era clara: en contra de que se convirtiera en artista.

No en vano, el éxito durante la audición de las Casas del Fado fue un pequeño fracaso, a pesar de todo. Su familia se posicionó en contra de la invitación y la fadista acabó rechazando la oportunidad que le brindaba la vida y su talento. Fue entonces cuando intenta suicidarse por primera vez, apesadumbrada por la vida y por el amor que sentía por el guitarrista y tornero Francisco da Cruz, con el que se casó en 1940 y con el que se divorció en 1942.

Tras el divorcio, Amália no tardó mucho tiempo en intentar suicidarse de nuevo, esta vez usando matarratas. A pesar de todo, como ocurrió la primera vez que lo intentó, la cantante sobrevivió y volvió a cantar, esta vez para quedarse y empezar a dar la vuelta al mundo, siendo su primera actuación en el extranjero en Madrid, en el año 1943. Gracias a esto, podríamos decir que su carrera musical estabilizó en cierto modo su vida, que se ve afectada por el aprecio del régimen salazarista por ella (y que más tarde le perseguiría un tiempo).

Entre el apoyo a Salazar y la Revolución de los Claveles

Sin embargo, a pesar de lo querida que llegó a ser a través de su música, cuando el dictador Salazar fue derrocado con la Revolución de los Claveles, muchas voces críticas se esforzaron en recordar el aprecio que éste profesaba a Amália, y que según aseguraban, era recíproco en el apoyo que ella mostraba por su régimen.

A pesar de dichas voces, surgieron otras discordantes que contradecían estas opiniones afirmando que la fadista lisboeta ayudaba al Partido Comunista portugués a espaldas de la dictadura y de su amigo el dictador, que era muy fan de su música, por otra parte.

En cualquier caso, la única realidad es que para gustos colores y opiniones. Es un asunto un tanto turbio, como suele pasar con otros artistas que florecieron en periodos dictatoriales y procuraron seguir teniendo éxito tras él. Si no se posicionaron claramente en contra, lo cual en general implicaba marcharte del país, o la duda quedaba sembrada para siempre. Que se lo digan a Víctor Manuel, cuyos orígenes distaban mucho de lo que posteriormente interpretó durante los 80.

Carrera musical, discografía y grandes éxitos de Amália Rodrigues

La discografía de Amália Rodrigues cumple tanto con las expectativas de su oyente medio como de aquel al que el fado portugués le es completamente ajeno y carece de expectativas. Su mayor innovación estuvo en el estilo personal de la cantante, su fuerza y el carácter con el que impregnaba cada tema. Así fue como consiguió convertir en estándar de fado decenas de canciones que, si bien en fado no es un término común como en el jazz, explica perfectamente a qué nos referimos.

A continuación, te contaremos cuáles son nuestras canciones favoritas de Amália Rodrigues, algún que otro dato anecdótico interesante y su evolución en el mercado y las listas de éxito mundiales. A pesar de que por estas fechas quizá nadie la asocie con el fado, porque casi nadie escuche fado, el talento y la influencia de esta artista en la música posterior es innegable.

No en vano, durante las décadas siguientes, sobre todo en lo que a música de los 60 se refiere, convirtiendo el ser humano en mito y completando en los 70 una superioridad dentro de la escena del fado alrededor de todo el mundo. Posteriormente, descansando de manera más prolongada en el tiempo, fuese por sus problemas personales o por la falta de necesidad, sus apariciones públicas se fueron reduciendo más y más, aunque siempre se mantuvo al pie del cañón allá donde alguien la requiriera, como veremos cuando hablemos de su colaboración con Carlos Cano en álbum y en concierto.

Abbey Road (1952), Uma Casa Portuguesa y Abril En Portugal, un fado dedicado a la ciudad de Coimbra

¿Alguna vez has sentido anhelo por algo recientemente perdido? El fado sentimental, agridulce y melancólico de Amália Rodrigues desprende todo eso y lo hace apasionadamente,  de forma íntima y reflexiva. Se trata así de una cantante con una voz y una gracia conmovedoras, que nos ayuda a llegar a nuestra propia introspección, donde la pérdida, la pena y la nostalgia pueden a llegar a ser un solo sentimiento.

En Abbey Road, el álbum de 1952, se grabó su carta de presentación definitiva para el mundo entero, dejando claro que tras la potente voz de una joven Amália Rodrigues se encontraba una artista llena de talento y actitud, nacida para llevar el fado a través de las fronteras de su mundo. Además, escuchada por un oyente de habla hispana, puede que el descubrimiento de este álbum le sea especialmente gracioso ya que, además de los fados propios del disco, incluye la versión de La Zarzamora y otros dos temas en español (Mi Sardinita y La Salvaora).

En cuanto a Uma Casa Portuguesa y Coimbra (conocida en español como Abril en Portugal y en inglés como April in Portugal), todo el mundo ha oído alguna vez ambas canciones, aunque fuese sin saberlo. Son míticas. De la segunda ya hablamos cuando recopilamos las mejores canciones sobre Coimbra, pero en cualquier caso en ambos temas se trata de las canciones más alegres que podemos recordar de fado, al menos hasta la aparición de Mariza en los 2000, lo más parecido a una sucesora que ha tenido.

María La Portuguesa, el homenaje que Amália Rodrigues supo hacer suyo

Por último, en lo que a la carrera de Amália Rodrigues se refiere al menos, un pequeño fragmento para recordar que el tristemente fallecido Carlos Cano creó uno de los mayores y mejor facturados homenajes a la canción popular ibérica. Por un lado con la copla, y con otro con el fado. Su mayor éxito, o al menos el tema más recordado es, sin duda, María La Portuguesa, una canción con una triste historia detrás que algún día contaremos, pero cuyo interés en este artículo tiene que ver en realidad con la presencia de la fadista portuguesa, que a finales de los años 80 (en concreto en el año 1987) ya era una entrañable anciana.

Amália, el biopic de 2008

Quizá como forma de honrar su memoria; tal vez como homenaje; quizás para aprovechar la ola que generó el éxito de La vida en rosa. La cosa es que, sea como fuere, en 2008 se estrenó la película Amália, que se centraba, sobre todo, en la vida romántica de la cantante, aunque también en todos los temas que hemos comentado a lo largo de este artículo, desde su infancia hasta su vejez.

La película está protagonizada por Sandra Barata Belo, de cuya carrera desconocemos prácticamente todo, hizo un buen trabajo en el papel de Amália a lo largo de los años. Y si bien la cinta no es especialmente memorable, puede ser de interés para todos los fans de la figura pública y la persona privada que había tras su nombre y su fama.

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