Saez – Le Manifeste

Crítica de Saez - Le Manifeste 1

Damien Saez, cantautor diverso, artista polifacético y cada vez más críptico (sobre todo para los no franco-parlantes), ha vuelto. En realidad volvió el año pasado, en 2016, tras un largo hiato, con el anuncio de una nueva web llamada Culture contre culture, donde desarrollaba la idea de Le Manifeste y donde, a su vez, aparecía él mismo maquillado de mimo en una playa.

Todo parecía indicar que asistiríamos a un nuevo trabajo musical, pero la verdad es que se hizo esperar un poco más de lo previsto, con la publicación en su Facebook de Les Enfants Paradis. Esta canción, una especie de adelanto de Le Manifeste, no sólo supuso su regreso tras Messina, de Saez y Miami (ambos de 2012), sino una nueva temática a explotar por él como letrista. Los sucesos ocurridos en Francia (sobre todo en Bataclan), han inspirado varias de estas nuevas melodías, cómo veremos a continuación. Todo un homenaje a las víctimas, tan afectado como, por otra parte, sólo puede ser algo que responde a algo tan trágico como la muerte (y además violenta y sin sentido).

L’Oiseau Liberté

Con Le Manifeste, uno de los debates más repetidos en la cuenta oficial de Saez, fue sin duda si se estaba repitiendo o no. Damien Saez es parte de la música desde el año 1999 (cuando lanzó Jours Étranges). Su debut, a pesar del éxito del single Jeune Et Con (que ya forma parte de la historia musical de Francia), tiene una opinión general bastante negativa (quizá por sobre-exposición pública y por esa imagen inicial), pero entonces supo reinventarse. Pasó por una etapa mucho más electrónica y rock que duró hasta 2008, cuando presentó el triple álbum Varsovie – L’Alhambra – Paris. Fue entonces cuando la banda que tiene por nombre el apellido del cantante pasó a ser el cantante en sí, su personalidad impregnándolo todo. Se convirtió en autor, transfirió una personalidad a todas las canciones, no sólo a la letra, y de pronto se descubrió como el más fiel deudor de Jacques Brel y otros cantantes clásicos de la música de los años 60.

Aquel triple álbum fue toda una sorpresa, aunque no era tan redondo como el primero de los tres discos prometía. Todos tienen temas muy interesantes, pero se podría decir que el más vendible era el primero (y así de hecho se llegó a vender por separado). Puede que ya entonces, en un arrebato creativo incontenible, decidiera que ahí estaba su universo. Y no porque después no regresara al rock más clásico (J’Accuse o Miami), sino porque su visión de la sociedad, el idealismo, el desamor y otros temas ya se quedaron para siempre. Y las prostitutas y los puertos, por supuesto.

En este sentido evolutivo, Le Manifeste (y aquí concretamente L’Oiseau Liberté) no es más que la continuación lógica del compositor de temas como Putains Vous M’Aurez Plus. El artista que ha creado obras tan magnas, largas e incansables como las mencionadas Varsovie – L’Alhambra – Paris y Messina (esta compuesta por Messina, de SaezSur Les Quais y Messine). L’Oiseau Liberté mantiene la forma y el fondo, aunque este primer álbum debe ser entendido en realidad como un adelanto del verdadero triple álbum (ya que en realidad es menos satisfactorio que el resto). Sin embargo, hay entre sus 10 pistas (incluyendo las 3 que auguran el preludio de Lulu) muchas valedoras de nuestro interés.

L’Humaniste (que vuelve a aparecer en Lulu, siendo el único tema que sufre de repetición junto a los mencionados del preludio) es uno de los grandes temas, seguido del single Les Enfants Paradis y de L’Oiseau Liberte. En una primera escucha, estas tres canciones son las que más sobresalen, pero, si has seguido a este cantautor, pronto encontrarás placer en todas las demás, aunque no necesariamente de seguido.

Lulu

De hecho, esta es una de las claves de este álbum (y otros tantos de Saez). Le Manifeste está dividido en cuatro partes (y Lulu, como segundo álbum tras L’Oiseau Liberté, en tres apartados), porque se pueden escuchar por separado sin problemas, y no deja de ser un repertorio de música tranquila nocturna agradable para cualquier momento. Cada parte cuenta con un estilo bastante singular, pero al mismo tiempo similar y que nunca resulta cansino (al contener un número de pistas nunca superior a 10 en cada uno).

Mon Européenne

Siguiendo este criterio (que en este caso hace pensar primero en Varsovie), Mon Européenne es el disco más animado de los cuatro aquí comentados. Tanto, que cuando escuchamos por primera vez (sin prestar toda la atención que mereciera) todo el álbum, creímos que las otras dos partes serían mucho más insustanciales, pero no, es sólo que esta es la más agradable y directa. Comercial sin serlo. Pistas de casi 10 minutos pueden dar fe de esta comercialidad tan poco extendida en el rock-pop.

Prueba de ello es Guantánamo, tema que abre este disco. Cantada en español en un estilo que, sin parecerse, podría recordar a Manu Chao, y con una letra algo simple (comprensiblemente), que dice mucho más de lo que uno cree en primera instancia. Puede que por ser francés, o por ser Saez, pero es la verdad. Guantánamo emociona, te impregna y te habla. Una definición altermundialista de la globalización que suena sincera hasta como homenaje a sus seguidores de habla hispana. Mon Européenne es la siguiente canción, la cual podríamos añadir junto a Peuple ManifestantBonnieRue D’La Soif como las más animadas. Auténticos himnos, sobre todo el título que da nombre al primer disco de Lulu. Bonnie y Rue D’La Soif, centrados en esas temáticas más clásicas del autor (las mencionadas prostitución y puertos), se alejan del tono reivindicativo de las otras melodías.

Saez, sin embargo, termina esta parte con un tono que nos introduce en la siguiente. Canciones mucho más deprimentes que confirman que nos encontramos ante un gran exponente de la melancolía como estado mental del ser humano. Je Suis (uno de los grandes temas de esta parte, con un ritmo y estructura bien conocidos por sus seguidores, seguro), y Ma Gueule De Terroriste destacan en este desenlace.

Mientras que en Mon Européenne el título del álbum anunciaba el nombre de una de las mejores pistas del CD1, en este caso no llega a tanto. Lulu recupera aquí L’Humaniste, una de las composiciones más destacadas junto a P’tit Bout D’Paradis, En Sangre (también en español) y Ma Gueule. Se trata de un disco mucho más relajado, que en algunos momentos parece ser una nana triste (Pleure Pas Bébé) y otra una muestra de la derrota que hay en el amor hasta cuando triunfa, en la tragedia más nimia del ser humano, en contraste con las grandes tragedias de la realidad (Au Cimetière Des Amours, Les Amours Mortes).

En líneas generales, un disco que, por no cambiar tanto de estilo, u ofrecer un tono más contenido y unitario, suena más completo. Un apartado que en primera escucha parece quedar debajo de la primera parte, pero que al final se sobrepone y destaca por encima como un todo, canción a canción y como un todo.

En Bords De Seine

En Bords De Seine, la parte más corta en número de Le Manifeste, con sólo 9 pistas (frente a las 10 del resto), es el disco más instrumental y melódico de todos. Con una introducción de más de 10 minutos llamada Tristesse queda todo dicho. Debido a esta circunstancia, lo cierto es que, en términos más líricos, hay menos temas que destacar, pero aun así destacan. Thème Mélancolie entre lo instrumental, pues si algo tiene Saez, es que crea melodías que valdrían para un álbum de por sí; Matins De Pluie, como canción más exportable a los mercados; En Bords De Seine y, por último Si (así se llama), el gran colofón final para despedirnos de un álbum épico y grandioso (tanto para el oyente como desde la concepción del mismo).

En definitiva, sobre todo derivado de todas las similitudes expuestas, es posible que la cima de este cantante francés con apellido español llegase con Messina, pero lo cierto es que este nuevo álbum mantiene el listón muy alto, aunque requiere una oportunidad que igual Messina no necesitó. No es sólo que cada tema (con letra o sin ella) sea rescatable, o que las letras siempre se preocupen por contar, ni siquiera es porque se haya atrevido a hablar en español y aquí lo valoremos más.

Es el todo. Sus composiciones han llegado a la excelencia, la actualidad imperecedera de sus letras también. En el conjunto está la imperfección más alterable de nuestro ánimo. Y además, posiblemente, se trata del cantante que mejor corea y siempre te deja con ganas de corear un poco más. No sabemos si le durará, pero es posible que estemos ante el cantautor con mejor voz para cantar del mundo, y eso dentro de la lírica sí importa, sobre todo en directo (donde ha llegado a permanecer tocando durante más de 4 horas seguidas).

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