En este post vengo a hablar de Yellow Red Sparks, una banda muy interesante que allá por 2014, cuando la descubrí, esperaba que tuviera un futuro prometedor, puesto que, a pesar de que lanzaron su primer álbum en 2013, habían publicado varias canciones que contienen algunos grandes momentos de folk-rock muy reivindicables.
Por ejemplo, el álbum (también llamado Yellow Red Sparks) contiene una joya llamada Monsters With Misdemeanors (incluida ya en su primer EP), por cuya letra Joshua Hanson –cantante y compositor del grupo– recibió el galardón de mejor letra folk-rock en los premios que cada año se dan en The International Songwriting Competition, que contó con la presencia de Tom Waits como parte del jurado.
Dentro del álbum destaca, además de la mencionada, la canción que ha servido como primer single para promocionar este disco, A Play To End All Plays, una agresiva y trágica canción desde la primera nota de violín, y un tema musicalmente bastante pasional envuelto bajo la etiqueta de folk ligero.
El jurado que premió a Yellow Red Sparks en The International Songwriting Competition
Igual es la primera vez que oyes hablar de este galardón (yo me enteré de su existencia a la vez que descubría este primer álbum), pero al parecer es el más prestigioso que se da a músicos por sus letras.
Por eso, creo que debo seguir hablando sobre este galardón, aunque quizá implique irme un poco por las ramas en lugar de hablar de Yellow Red Sparks, debo decir –ya que antes he mencionado a Tom Waits para darle ínfulas al premio– que en el jurado también se encontraba nuestro bienamado Alejandro Sanz.
A pesar de que este artículo es de 2018, la primera vez que hable de la banda fue en 2014, como decía antes, pero guardo especial cariño a este grupo de tan corto recorrido porque fue una de las primeras bandas (sino la primera) en dedicarme unas palabras de agradecimiento por hablar tan bien de ellos, algo que no hice por esa razón ni tampoco esperaba obtener, pero que en su momento me llenó –recíprocamente– de gratitud.
El presente de Yellow Red Sparks
El caso es que desde 2014 hasta ahora había perdido la pista de Yellow Red Sparks. Quedaba en el recuerdo su primer LP, sí, pero con el paso del tiempo había olvidado echar un ojo o seguir pendiente de lo que podrían ofrecer en el futuro (omitiendo el álbum que lanzaron digitalmente en 2015, New Fangs Old Pangs).
A pesar de todo, y como si de una señal inesperada (y perfectamente programada) se tratase, hace escasos días recibí una notificación de Twitter que me llevaba directamente al vídeo oficial de una nueva canción publicada por la banda en enero: The Great Media Hoax.
Según parece, aunque por mi parte nada es una certeza (dada la falta de información), de la banda original sólo parece quedar la voz de Hanson (y sus letras y composiciones).
Recuerdo que, en ese primer post mencionado anteriormente (y del que he recuperado la introducción), donde ensalzaba su talento y el del resto del grupo, que ya no está en ninguna imagen de la banda en el presente.
No puedo confirmarlo, al no tener la información de primera mano y no haber mucho de donde sacarla en internet, pero entre la imagen oficial en la cuenta de Twitter y las propias imágenes del vídeo de la canción, todo apunta a que la carrera de Yellow Red Sparks es ahora en solitario.
Una lástima, en cierto modo, porque me encantaba el uso que rescataban del violín de Sara Lynn con el apoyo de Goldy, por ejemplo, pero tengo que admitir que la esencia del primer trabajo sigue presente en The Great Media Hoax, lo que vendría a confirmar el gran talento y personalidad de su cantante.
Hoaxed, la película de Mike Cernovich
En primavera de este año se estrenó un proyecto audiovisual de Yellow Red Sparks, dándolo todo en un último intento, según parece, de seguir siendo interesante para alguien. Lo gracioso, dado el buen ojo que tengo para las personas detrás de los artistas que en algún momento de mi vida me han gustado, es que esta Hoaxed es un galimatías lleno de racistadas confusas típicas de la derecha del Siglo XXI y con más dog’s whistles o silbidos de perros que cualquier otro artista que yo haya recomendado aquí. En este caso, lleno de discursos de estafadores y/o narcisistas delirantes que insisten en que la diversidad es equivalente a genocidio blanco.
Cuando escribí esta entrada, conté que no había tenido la oportunidad de verlo, y por entonces contaba que Hoaxed era un documental financiado a través de un crowdfunding del que salió el single que quizá también forme parte de un álbum, The Great Media Hoax.
Pues bien, ahora quee ha pasado tanto tiempo y que Yellow Red Sparks ya prácticamente no existe, puedo afirmar que la esperanza de que lanzara un nuevo LP en algún momento, ahora me alegro de que no. Prefiero quedarme con lo bueno que fue su primer trabajo, cuando las cabezas todavía estaban bien y no se habían consumido por sus propias mierdas.
En fin, separaré al artista de su obra y seguiré recomendado la canción, con contenido y estructura, que haría las delicias de Chicote si esta fuera un plato cocinado en un clásico restaurante de barrio que contase con un cocinero enamorado de su labor y con un talento innato para dar a los demás aquello que siempre supera sus expectativas.
Superación tras superación que, sin embargo, no logra traspasar fronteras porque, como ya he dicho en este símil, sigue siendo un restaurante de barrio, con escasas mesas, pocos medios, pero mucho encanto… que se ha roto porque el cantautor ha dejado de recibir la atención pública y, cuando eso ocurre, la única manera que encuentran para seguir siendo relevantes es llorar e inventar mierdas que no existen.
(Madrid, 1987) Escritor de vocación, economista de formación, melómano, cinéfilo y amante de la lectura, pero más bien amateur.