Reseña de GNX, el álbum sorpresa de Kendrick Lamar

Reseña de GNX, el álbum sorpresa de Kendrick Lamar

Aunque personalmente creo que destacaré o recordaré 2024 en términos musicales como el año de Macklemore -al atreverse a denunciar el genocidio de Israel en Palestina y la complicidad total de Estados Unidos durante las protestas universitarias con HIND’S HALL y HIND’S HALL 2 (junto a Anees, MC Abdul, & Amer Zahr)-, es imposible no pensar en el californiano Kendrick Lamar como el artista del momento incluso entre quienes no escuchan rap.

Y no deja de ser sorprendente, porque sinceramente creo que nadie esperaba que 2024 fuese a ser recordado -al menos en EEUU y entre los que sigan las historias que ocurren allí- como el año de Kendrick Lamar. Más allá de su colaboración con Future y Metro Boomin’ en la canción Like That (del álbum WE DON’T TRUST YOU), el final de ciclo que representó Mr. Morale & The Big Steppers en 2022 nos dejaba a muchos con ganas de saber qué iba a venir después, pero en cierto modo saciados.

Mr. Morale & The Big Steppers: un cierre que marcó el inicio de una nueva etapa

Kendrick Lamar - GNX

Con ese álbum se terminaba el contrato y la colaboración profesional con el sello Top Dawg Entertainment, por ejemplo. Al mismo tiempo, el título y el concepto invitaban a encontrarnos con dos alter-egos del rapero como artista y como persona. Un cierre con una producción que parecía sublimar todos los trabajos anteriores. Bases cuidadas, elementos más propios del jazz y un estilo reposado en la mayoría de los casos para contrastar con la urgencia del cantante en otras etapas, a veces desde una misma canción (cómo olvidar la colaboración de Sampha en Father Time o de Amanda Reifer en Die Hard).

La sensación que tuve tras escuchar aquel álbum durante meses, siendo ya un seguidor fiel de Lamar desde hacía muchos años, fue la de que se había vaciado. Ante el vacío que viene tras sacarlo todo, muchas veces resulta difícil “empezar de nuevo”, y por eso quizás no preveía escuchar nada nuevo de él más allá de las colaboraciones habituales en el rap y el trap. Sin embargo, a 15 de diciembre de 2024, puedo decir sin miedo a equivocarme que Kendrick Lamar ha sido el artista más exitoso del año, que culminará en la final de la Super Bowl, donde se convertirá en el primer artista en actuar en solitario durante el descanso.

El año de Kendrick Lamar: éxito indiscutible en 2024 “gracias” a Drake

Y, al menos en parte, todo ha sido gracias a Drake. O a pesar de él. No quiero entrar muy de lleno en la movida que tuvieron, porque en el fondo me parece absurda y más que nada una cuestión de egos, pero es verdad que es a través de esta batalla que Kendrick Lamar responde al rapero canadiense que encabeza la marca de moda OVO (clave para entender algunas respuestas del californiano) con nuevas canciones que, además de para dar más contexto a la pretérita amistad de ambos (en la que también estaba J. Cole), sirven para que lleguemos al paso previo antes de la llegada de GNX (el título del álbum tomado del coche Buick GNX que salió a la venta en 1987, el mismo año en que nació Kendrick Lamar): Euphoria y, sobre todo, Not Like Us.

Porque Drake cometió un gran error, visto lo visto: atacar a los orígenes de Kendrick Lamar y usar a 2Pac -recreando su voz con inteligencia artificial- para ello. Fue tal el revuelo en EEUU, que hasta los herederos de 2Pac salieron para decir que se posicionaban con Kendrick Lamar, al que creían que 2Pac respetaría mucho más que a Drake, dada su carrera musical y posicionamiento vital.

¿La respuesta de Kendrick Lamar? La ya mencionada Not Like Us. La canción del verano, del otoño y lo que surja. Lanzada inicialmente como un diss sin mayor recorrido, tuvo tanto éxito que Lamar publicó un vídeo meses después y aun así su vigencia lo colocó entre uno de los más visionados del año. Una canción que servía tanto para criticar a Drake (llamándolo OV Ho y pedófilo por su relación con Millie Bobby Brown cuando esta tenía 16 años) como para homenajear la cultura popular de la Costa Oeste en general y Compton en particular.

GNX: o cómo Kendrick Lamar regresa a las raíces del hip hop de la Costa Oeste

Y es así como llegamos a GNX. Un álbum sorprendente porque rompe totalmente con la obra anterior de Kendrick Lamar, tanto en términos de producción -aquí aparentemente más básica, menos espectacular- como de temáticas -aquí digamos que más enraizadas, aunque siga ofreciendo su toque personal-. Sorprende, más que nada, porque, además de haber sido un álbum lanzado por sorpresa, sin anuncio previo, es como un verdadero comienzo en su carrera; fresco y que realmente se siente como el inicio de una nueva etapa. Con una producción mucho más sencilla, más “clásica” (con samples noventeros como el de Use Your Heart (1996), de SWV, para heart pt. 6), el rapero de Compton se acerca espiritualmente a The Documentary (2005), de The Game.

Este “nuevo comienzo” está lleno de simbolismo. El título, GNX, tomado del icónico Buick GNX, no solo conecta con el año de nacimiento de Lamar, sino que también evoca una sensación de velocidad, potencia y nostalgia. Es como si Lamar quisiera recordar de dónde viene mientras avanza hacia un futuro desconocido, pero emocionante. ¿Es este coche un símbolo de su trayectoria personal y artística? Escuchando el álbum y sin tener ni idea de coches, me la juego a que sí, pero esto es obviamente un suponer.

Pero escuchando GNX da la sensación de que el beef con Drake es un catalizador que ha ayudado a esta nueva dirección. El “homenaje” al hip hop de la Costa Oeste que empezaba en Not Like Us tiene continuidad en las 12 canciones que componen este álbum y que destaca por la coherencia temática y la calidad lírica.

Con un estilo reposado que transmite mucha paz -man at the garden, luther o gloria, las dos últimas con SZA- o bien con una rabia vocal más propia de 2Pac -usando un sample de su Made Nigazz en reincarnated- o de una versión más enérgica de sí mismo -tv off o squabble up-, siempre tienes la sensación de estar escuchando a Kendrick Lamar, lo cual confirma un álbum más que es el mejor rapero de su generación y, dados los hechos, de estos tiempos que vivimos.

En definitiva, aunque GNX no se centra en el conflicto con Drake, parece haber sido clave para que Lamar reevalúe su dirección artística y eso es algo que le debemos agradecer al otro flipado. Las críticas veladas y los homenajes implícitos a figuras de Compton/California refuerzan la sensación de que Lamar está trazando un camino que lo aleja de las disputas superficiales y lo acerca a un legado más duradero con un álbum que sobresale por su frescura y la habilidad del artista para equilibrar la mezcla de lo clásico y lo moderno.

Sea esto pop, sea rap, su flow y su entrega son insuperables ahora mismo, y eso que nombres como Doechii cada vez se acercan más a su nivel. Enlazando con el principio, diría que Macklemore destacó por su valentía política y por el mensaje, mientras que Lamar lo ha hecho por su maestría artística, demostrando una vez más por qué es considerado el mejor.

En cualquier caso: “I want a ceasefire/Fuck a response from Drake.”

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