En el año 2011 la banda Varry Brava participó en el Festival de Ebrovisión, que se celebra todos los años durante un fin de semana del mes de septiembre en la ciudad de Miranda de Ebro, Burgos desde 2001. La banda publicaba un año antes Ídolo, su primer trabajo, en el que aparecían de forma primigenia las canciones No Gires y Radioactivo, más tarde disponibles en Demasié (ya el título dice más sobre esta banda, que todo lo que yo pueda escribir sobre ella), LP publicado en 2012.
En él mejoraban la producción y el sonido de las canciones ya mencionadas, aportando también nuevo material e intentando acercarse a un sonido más actual dentro de los grupos musicales españoles. Dos años después de su primer trabajo en largo, llega Arriva: 16 horas de juego y 4 litros de bebida energética, nuevo álbum, publicado el 30 de septiembre, que cuenta con diez temas nuevos que siguen la misma línea marcada en trabajos anteriores y a los que añaden elementos típicos de la música española de los 80, de la que destacan los sonidos electrónicos y ciertos amaneramientos vocales.
En esa edición del Festival de Ebrovisión estuvo un servidor, y si hay algo que no he podido borrar de mi -hasta entonces- inocente mente, hoy trastornada, es el pantalón que llevaba el cantante de la banda, ajustado hasta límites insospechados, más de lo que sería capaz un torero, y que no dejaba absolutamente nada a la imaginación. El artista acompañaba al llamativo pantalón con una serie de movimientos excesivos, a pesar de que sus melodías no entran dentro de las llamadas canciones para hacer el amor, lo que hacía mucho más risible el momento. En cualquier caso, el concierto fue bastante divertido, no sólo por las risas que nos echamos los allí presentes, sino también porque iba acompañado de un plato de paella, música rock bailable y encima nos sabíamos dos canciones para cantar.
Varry Brava, siempre a la última moda
Arriva no cambia el concepto que ya se pudo ver en ese concierto y en sus anteriores faenas. Varry Brava quiere pasarlo bien y sobre todo que nosotros lo pasemos bien. Música para el Independance (la discoteca que más cambia de lugar de España), para cantar en conciertos, saltar con ella y bailarla, para cantarla a coro todos juntos, sin necesidad de pensar. En definitiva, canciones para despertar en español con buen humor. Estoy seguro de que si tuviese 15 años estaría loco escuchando a Varry Brava todos los días a todas horas, porque además la música ochentera y los sintetizadores dan mucha nostalgia, y si no me creéis, escuchad Fiesta, incluida en Arriva, y contadme qué os parece.
En resumen, si por algo destaca Arriva es por sonar bien. A veces excesivos, a veces artificiales, pero siempre divertidos y con unos estribillos lo suficientemente comerciales y adictivos como para que disfrutemos de la escucha completa de todo el álbum sin interrupciones hasta que nos quememos. De cualquier forma, al final no sabremos diferenciar una canción de otra. Dejan claro que son uno de los mejores ejemplos de la New Wave actual made in Spain y con sus credenciales parecen apuntar a futuros éxitos más atestados de seguidoras.
(Madrid, 1987) Escritor de vocación, economista de formación, melómano, cinéfilo y amante de la lectura, pero más bien amateur.